Las instalaciones tuvieron que ser demolidas por los graves daños causados por Filomena
La reconstrucción del pabellón deportivo conocido como ‘La Nevera’, perteneciente al IES Ramiro de Maeztu, comenzará finalmente después del verano y su plazo de ejecución será de un año. Las instalaciones tuvieron que ser demolidas hace dos años por los graves daños que causó la borrasca Filomena, entre ellos, el desplome de su cubierta por acumulación de nieve.
El espacio no solo se utiliza habitualmente por parte de los alumnos del centro, sino también por la cantera del Club Estudiantes Baloncesto. El planteamiento ahora es construir el nuevo pabellón como un edificio independiente del resto del centro educativo, conectado con la zona de Secundaria mediante una pasarela. Así, se crearán dos accesos: uno para alumnos, y otro para los jóvenes del club estudiantil.
El recinto, mayor que el antiguo, albergará una pista de baloncesto y otras dos transversales de menor tamaño con gradas y vestuarios. Además, la infraestructura contará con varias medidas para lograr una climatización sostenible. Para ello, se instalarán placas fotovoltaicas para generar su propia energía, y fachadas ventiladas con placas de piedra para aumentar el aislamiento y ahorrar energéticamente. También se salvarán los desniveles y se facilitará la accesibilidad de la parcela.
Los trabajos incluyen importantes mejoras en el propio instituto. De esta forma, se levantarán tres aulas nuevas de informática, dañadas durante el temporal, y se remodelarán los aseos. Junto a ello, se pondrá un ascensor exterior que dará servicio al edificio de ESO y se redistribuirá el departamento de Artes Plásticas para facilitar la construcción de la nueva pasarela.
En total, la Comunidad de Madrid va a destinar a las obras de reconstrucción de la Nevera del IES Ramiro de Maeztu una inversión de unos 4,2 millones de euros.
De la destrucción a la reconstrucción de la Nevera del IES Ramiro de Maztu
Antes de su destrucción por parte de la borrasca Filomena, el pabellón contaba con dos módulos: la cancha y un anexo de dos plantas, la baja -que estaba ocupada por los vestuarios- y la alta -con aula taller. Cuando llegó el temporal, la acumulación de nieve en la cubierta, de unos 60 cm de espesor, junto con la escasa pendiente de los faldones del pórtico, provocaron el colapso de la estructura afectando a todas sus dependencias.
Tras evaluar los daños, los técnicos decidieron que la mejor opción para preservar la seguridad de sus usuarios era su total demolición. Mientras, se realizó un vallado perimetral de la zona afectada para prevenir posibles daños al espacio colindante.
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó la declaración de la tramitación de emergencia para la contratación de estas obras dos semanas después del suceso.
La borrasca Filomena provocó daños a multitud de infraestructuras en toda la región, incluidos los centros educativos. A algunos de ellos, incluso, tuvieron que acudir los padres para ayudar a habilitar entradas con el fin de poder facilitar la vuelta a las clases tras la nevada.
En total, se comunicaron 900 incidencias a este respecto. Finalmente pudieron reabrir sus aulas el primer día de clase presencial el 98,4% de los colegios e institutos de la región.