Incluye dos vías de entrada directas al estadio desde M-40 y la construcción de una rotonda
El Atlético de Madrid se despidió del Vicente Calderón el pasado 21 de mayo con una emotiva fiesta, tras su victoria frente al Athletic de Bilbao. Este fin de semana el estadio alberga su último partido oficial: la final de la Copa del Rey entre el Barça y el Alavés. Ha llegado el fin de una etapa para los rojiblancos. Su campo de siempre cierra las puertas que abrió en 1966 y comienza el traslado a su nueva ‘casa’.
Faltan tres meses para que el Wanda Metropolitano se convierta en la nueva sede de los colchoneros. Mientras, el nuevo barrio de acogida sigue viendo con cierto recelo las consecuencias de su llegada.
Las obras para la finalización del estadio avanzan a buen ritmo. De hecho, la pasada semana ya se empezaron a colocar los asientos y el club al completo pudo visitar su nuevo estadio. Sin embargo, la construcción de los accesos y la adaptación de las calles colindantes para absorber el gran aumento de tráfico que la llegada del club va a suponer para San Blas-Canillejas, aún no se ha puesto en marcha.
¿Qué supone la primera fase de accesos?
La Mesa Técnica de la Peineta, que reúne todos los meses a responsables del Ayuntamiento, Policía Local y Atlético de Madrid con representantes de las asociaciones vecinales Las Musas-Las Rosas, Fin de Semana y Polígono Hache, ha arrojado algunos compromisos.
En una primera fase se construirán dos viales de entrada directos al estadio. Uno, desde la vía de servicio de la M-40 (salida Coslada-Avda Arcentales, en el lado este del estadio) y otro, desde M-40 hacia la avenida de Luis Aragonés (en la zona oeste).
Por otro lado, se instalará una rotonda en la avenida de Arcentales, a la altura de la calle Estocolmo. El objetivo es derivar el tráfico hacia el Wanda sin recorrer toda la avenida y al mismo tiempo permitir una entrada nueva al barrio de Las Rosas por la calle Estocolmo, junto al Metro. Aquí se crearán nuevas paradas de autobús, para facilitar también el acceso a los que lleguen en transporte público.
Esta primera fase debe estar terminada para septiembre de 2017 y es el Atlético de Madrid quien asume el coste económico, por un valor de 30 millones de euros. ¿Llegarán a tiempo? «El Ayuntamiento nos ha asegurado que estará finalizada; si no, no concederán la licencia de apertura para el Wanda Metropolitano», asegura Alfonso Rodríguez, vicepresidente de Las Musas-las Rosas y uno de los participantes en la Mesa Técnica.
«La glorieta de Arcentales va a colapsar la M-40»
Los representantes de los vecinos tienen opiniones diversas sobre si estas obras son la mejor solución para la movilidad en el barrio. «Al principio puede ser complicado», opina Alfonso, «pero cuando lo terminen será positivo para el distrito». Rosa Álvarez, vocal de la Asociación Fin de Semana y también miembro de la Mesa, ve por su parte pros y contras.
«Las vías directas de entrada al estadio desde la M-40 van a ser positivas porque ayudarán a desatascar la entrada por Arcentales«, opina. Sin embargo, reconoce que «cuando el Ayuntamiento nos dijo que iban a hacer una rotonda en la avenida, nos echamos las manos a la cabeza».
La avenida de Arcentales es la única vía de salida del barrio hacia la M-40 Norte, desde que se cerró una segunda, ubicada más al sur, a la altura de la avenida de Canillejas a Vicálvaro. «Esa glorieta va a colapsar la M40; ahora podemos llegar a estar más de una hora parados cuando salimos para ir al trabajo, todas las mañanas, y también por las tardes», explica, «y con la rotonda será peor aún».
Los técnicos del Ayuntamiento, por su lado, consideran que la rotonda agilizará el tráfico en lugar de entorpecerlo porque obligará a los vehículos a circular a una velocidad más moderada. «Muchas veces los atascos se generan por que todos los coches quieren ir más rápido», apuntan.
Segunda fase de accesos en el aire
Los representantes de los vecinos consideran que esta primera fase «será escasa» y que «al principio va a suponer un caos». Por eso, confían en que las soluciones lleguen con una segunda fase de la que ya están hablando en la Mesa. Sin embargo, aún no es definitiva ni hay una fecha concreta para llevarla a cabo.
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