Es la única de Madrid que elabora sus cirios de forma totalmente artesanal
Con 125 años de antigüedad, este lugar donde todavía se elaboran las velas de manera artesanal, es la última cerería que se mantiene viva en la capital. Se encuentra en el barrio de La Latina y la regenta un matrimonio tras heredarla de generación en generación. «Aprendí este oficio gracias a mi abuelo», nos cuenta José Manuel.Se trata de una herencia familiar. Los antepasados del artesano y uno de sus propietarios, José Manuel Ortega, comenzaron con esta actividad hace más de un centenar de años. La otra propietaria, su esposa, Silvia Misena, nos asegura que la elaboración completamente artesanal es la mejor opción ya que actualmente «nadie lo hace así, el resto utiliza moldes, pero lo nuestro es todo artesanal».
Originalidad versus velas de pila
Además nos cuentan que el motivo de seguir haciéndolo así es «la originalidad; de otra forma puede hacerlo cualquiera». A pesar de haber introducido ciertas novedades en la fabricación, «no ha cambiado nada, solo nos hemos modernizado». Aún así, han tenido una época de dificultades, ya que sus principales clientes como cofradías, santos o iglesias han pasado a disponer de velas de pila. «Queda la gente de la calle», concluyen.
Sin embargo, no les quedan muchas esperanzas de que el negocio tenga un futuro lejano. «Con nosotros se acabará», lamentan. Hoy en día existen otros mecanismos más sencillos de fabricar velas. Además, épocas como Semana Santa solían ser los momentos de más ventas pero, a día de hoy, «los pasos se realizan con otro tipo de velas, como las de pila».
Proceso de elaboración
La Cerería Ortega emplea un proceso artesanal con muchos años de antigüedad. Para llevarlo a cabo, nos cuentan, en primer lugar funden la cera, que viene en bloque, en una olla grande. A continuación se pasa a una enorme vasija llamada paila y se echa el líquido a un recipiente, normalmente de cuero o de madera, denominado noque, calentado al baño maría para evitar que se enfríe la cera.
Disponen de unos arillos en los que se cuelgan las tablillas y la mecha, hecha de un hilo de algodón fino. Las velas se van introduciendo por inmersión, bajándolas y subiéndolas, hasta que adquieren el diámetro deseado. En cuanto a los tamaños de los cirios, disponen de una amplia variedad: desde 80 cm de alto hasta 12 cm de diámetro. Además, son de diferentes formas y cuentan con adornos que sirven para distintos eventos o situaciones.
La clientela de la Cerería Ortega no solo procede de la capital. José Manuel y Silvia nos cuentan que muchos vienen de otras ciudades, como Toledo o Segovia. Entre esta variedad de clientes se encuentra el mundo del cine y la televisión, pues sus peculiares velas han llegado a aparecer en exitosas películas como ‘La catedral del Mar’ o en series como ‘Águila roja’ o ‘ Acacias 38’.
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