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Muchos se animaron este fin de semana a ponerse un disfraz para practicar el esquí en las pistas de Formigal.
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Desde empleados hasta grupos de jóvenes, y también padres e hijos se convirtieron en pingüinos, osos, cocodrilos o personajes de Mario Bross.
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Formigal es una de las estaciones escogidas por muchos madrileños; se encuentra a 478 kilómetros de la capital.
Hay muchas formas de celebrar el Carnaval y muchos motivos y situaciones para colocarse un disfraz aprovechando esta divertida festividad, pero quizás una de las menos conocidas es hacerlo combinando ese traje con el de esquí. La estación aragonesa de Formigal, situada en el Pirineo, ha celebrado este fin de semana su particular Carnaval, con gran parte de su personal luciendo disfraz en la nieve, y muchos visitantes transformados en pingüinos, osos, tigres e incluso robots, para la ocasión.
Un grupo de pingüinos con pajarita roja se dejaba ver descendiendo con sus esquís por las pistas de Formigal. Todos los amigos vestidos igual. Pero también se vieron grupos menos homogéneos, donde cada uno había escogido a un animal distinto. Algunos solamente lucían llamativos gorros, a modo de melena de león o de oso. La mayoría eran disfraces especiales para poder lucir en la nieve, cubriendo todo el equipo de esquí… Ya se sabe, el frío es el frío, y uno debe protegerse de él, aun sin perder el ánimo carnavalesco.
Sin embargo, también hubo valientes que decidieron elaborar su propio disfraz, y no con material impermeable o preparado para la nieve, sino simple y llanamente con cartones. Claro, que era el material perfecto para el personaje elegido: el robot. Niños vestidos de pequeños cocodrilos, algún adulto con una bata de estar por casa y otros con pelucas y faldas de tul, completaban el ‘desfile’. Sin olvidar a los empleados de la estación, alguna tortuga ninja y personajes de la serie Mario Bross, entre otros.
La estación de Formigal
Formigal es una de las estaciones más grandes y frecuentadas del territorio español. Escogida por muchos madrileños, tanto jóvenes como familias con niños, se encuentra a 478 kilómetros de Madrid y dispone de 176 kilómetros de dominio esquiable, con 147 pistas (14 verdes, 34 azules, 52 rojas, 42 negras), 37 remontes, y una cota máxima de 2.250 metros y mínima, de 1.145.
Ofrece múltiples actividades como el ‘snake gliss’ -descender en trineo formando un tren con varios de ellos descendiendo a la vez-; un bosque animado para los más pequeños; el ‘ski ratrack’ -para descender por una de las pistas sorprendentes de Formigal hasta la que solo se puede llegar arrastrado por una máquina ratrack-; o el ‘snowbike’ -una nueva modalidad de origen austriaco que mezcla el ciclismo y el esquí-. Para todos los gustos y públicos.
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