Los distintos sectores de la Cañada Real se encuentran entre Coslada, Rivas, Madrid y Getafe
Desde los años 60, la Cañada Real Galiana fue poblándose hasta convertirse en el asentamiento ilegal más grande de España. Ubicada en lo más profundo del hemisferio sur madrileño, en el conflictivo Sector 6 de la Cañada residen más de 800 familias. Actualmente, la Comunidad de Madrid está tramitando el realojo de 150 de ellas para poner fin a una de las últimas concentraciones chabolistas en la región.
En un inicio, el asentamiento de la Cañada Real comprendía únicamente el tramo en el interior del casco urbano de Coslada, lo que ahora se conoce como Sector 1. Pero más tarde, con la ingente llegada de inmigrantes a la capital, la ocupación se extendió hasta los 14,4 kilómetros. Y así se formaron los seis sectores que serpentean los municipios de Coslada y Rivas-Vaciamadrid, terminando en el límite municipal de Madrid y Getafe.
El Sector 6, la imagen más deprimida y mediática de la Cañada
Gran parte de las fincas ahí levantadas son ilegales. Durante décadas, la regularización de la zona ha sido un problema que se fue postergando hasta que la incipiente urbanización ilegal degeneró en chabolismo. En un recorrido por todos sus sectores, pueden encontrarse tanto chalets de lujo de los primeros residentes como chabolas de aquellos que se anexaron con posterioridad.
Los precursores de la Cañada fueron en su mayoría españoles, a los que, con el tiempo, se les unieron inmigrantes marroquíes, rumanos y búlgaros, entre otros. De estos últimos, la mayoría se asentó durante el gran crecimiento poblacional que hubo a finales de los 90 y principios del 2000.
La imagen más deprimida y mediática se relaciona con el Sector 6, aquel que confluye en su zona sur con la incineradora de Valdemingómez. Sumado a las más de 4.000 personas que viven en chabolas, por un dilatado tiempo también estuvo presente el problema del negocio de las drogas.
Fincas separadas por vallas y construidas con plástico, madera o metal
La Delegación del Gobierno en la Comunidad llegó a estimar que las ventas diarias de estupefacientes alcanzaban las 12.000 dosis. Y a pesar de que las operaciones policiales han desmantelado hasta casi erradicar este mercado, el estigma social se mantiene. Lo cual dificulta aún más la reinserción de este colectivo marginado de la sociedad.
Si en los primeros cinco sectores podría advertirse cierto ambiente de pueblo -con sus pequeñas tiendas y mezquitas-, el Sector 6 está sumido en el más completo ostracismo. Servicios tan básicos como luz, agua y alcantarillado son inexistentes, careciendo de condiciones mínimas de habitabilidad. Las casas están delimitadas por vallas y construidas con plásticos, tablas de madera o metal, con techumbres que no alcanzan a impedir la filtración de las lluvias.
El realojo de las familias de la Cañada Real ha estado por años en la agenda del Gobierno. Los asentamientos ilegales quisieron regularse con una ley aprobada por la Comunidad de Madrid en 1985. Sin embargo, en aquel entonces la Cañada no fue incluida porque los terrenos aún pertenecían al Estado y porque afectaba a más de un ayuntamiento.
El Pacto por la Cañada Real Galiana plantea el traslado de las familias del Sector 6
Finalmente, en marzo de 2017, la Asamblea de Madrid y los ayuntamientos de las localidades afectadas alcanzaron un acuerdo para regular las viviendas de la Cañada y desmantelar por completo el Sector 6. Como resultado, 150 familias de las 800 que viven en ese sector serán trasladadas a viviendas sociales de la Comunidad y del Ayuntamiento madrileño.
Gracias al denominado Pacto por la Cañada Real Galiana, 78 familias ya han sido realojadas. Las restantes continúan esperando por su vivienda o se encuentran en las distintas fases del proceso. Un requisito indispensable es la que familia haya sido censada antes del 31 de diciembre de 2011.
En los momentos más duros de la pandemia, la vida en el Sector 6 de la Cañada se desarrolló con total normalidad. El uso de mascarilla no se cumplió por la falta de recursos y el confinamiento se saltó a menudo por la escasez de presencia policial. Sin embargo, la realidad de los últimos tiempos nos dice que el Sector 6 lleva confinado de la sociedad desde hace ya unas cuantas décadas.
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Total normalidad: no mascarillas no confinamiento (xq eh claro no está la poli)