Entrevista con el director general Ifema, en el aniversario del hospital de campaña más grande de España
Se ha cumplido un año del inicio de la pandemia por Covid-19, de la cuarentena impuesta por el estado de alarma y de los miles de fallecidos en la primera ola del virus. En este aniversario, está también el de aquel acontecimiento inédito que convirtió al recinto ferial de Ifema en el hospital de campaña más grande de España.
Varios pabellones de este emblemático punto de encuentro para la economía madrileña, española e internacional, se transformaron en menos de un día en enormes salas de hospital. Acogieron a los cientos de casos afectados por la Covid-19 que se incrementaban día a día en el momento de mayor colapso de los centros sanitarios.
Eduardo López Puertas, en el aniversario de la transformación de Ifema en hospital de campaña
Eduardo López Puertas, director general de Ifema desde hace casi cinco años, nos cuenta cómo fue aquella experiencia y el recuerdo que guarda de esos momentos vividos, un año después de que Ifema se convirtiera en hospital de campaña.
– La experiencia fue increíble tanto en lo personal como en lo profesional. Hoy todavía lo veo con una cierta incredulidad, pues era el último de los escenarios que jamás hubiera imaginado para Ifema. Lo recuerdo con mucho respeto y admiración por el trabajo tan impecable que se realizó en tan poco tiempo para levantar el que fue el mayor hospital de emergencias de Europa. Y por el ejemplo que dieron tantos profesionales, voluntarios, sanitarios y militares que trabajaron sin descanso para ayudar en el momento más crítico de la emergencia sanitaria. Fue un reto y un milagro.
– ¿Con qué recuerdo te quedas?
– A nivel personal, el primer alta que dimos fue un momento tremendo. Y las últimas también fueron increíbles. Hubo gente que llevaba 30 días, personas que estaban intubadas en la UCI… y cuando les veíamos salir por la puerta, curados, el sentimiento era indescriptible.
– ¿Cómo se ideó?
– El día 20 de marzo nos llamó la Consejería de Sanidad para plantearnos montar un hospital. Pero el requerimiento era claro: el día 21 ya tenían que entrar pacientes. Fue un reto apasionante. Gracias a todas las empresas auxiliares y el equipo sanitario de la Comunidad de Madrid, conseguimos que en 18 horas ingresaran 58 pacientes.
– Antes ya habíais recibido en las instalaciones algún enfermo…
– Sí, el lunes anterior habían entrado 150 sin techo en el pabellón 14. Pero esto era un proyecto de mucha más envergadura. Así que pusimos a disposición de la Comunidad y el Ayuntamiento las instalaciones.
Ifema, hospital de campaña con 5.500 camas
– ¿Qué porcentaje de Ifema pensasteis en un principio convertir en hospital?
– Empezamos pensando en tener todo el recinto ocupado, 5.500 camas. Al final llegamos a tener casi 1.400. Pero si hubiese hecho falta, teníamos esa posibilidad de seguir creciendo.
– ¿En qué momento decides poner las instalaciones de Ifema al servicio de este virus?
– Cuando llegó el decreto de emergencia y nos dijeron que no podíamos hacer ferias. La primera semana estuvo la plantilla con teletrabajo y el recinto vacío. Pero sabíamos que teníamos que ser útiles. Lo habríamos habilitado para lo que hubiese hecho falta: logística, hospital…
– ¿Tuviste claro desde el principio que se podía montar un hospital ahí?
– Lo bueno de Ifema es que es un recinto muy flexible para cualquier actividad. Podemos tener desde un campeonato de pádel, hasta Fitur, Arco, etc. El recinto está pensado de forma que todas las canalizaciones se llevan bajo tierra, que tiene el mejor wifi instalado en España, sistemas eléctricos redundados, la mejor iluminación led que hay en ningún recinto de España… Hemos invertido mucho en estos últimos años y entendíamos que lo podíamos hacer. El reto era llevar a cabo una actividad nueva como es un hospital.
«Nos faltaba de todo», afirma el director de Ifema en el aniversario del hospital de campaña
– ¿Cómo lo transformasteis?
– Tuvimos que tirar 26 km de tubo de cobre para llevar el oxígeno medicalizado, otras tuberías de gases medicinales y otras de vacío… Nos faltaba de todo, cuando empezamos a abrir. No teníamos los colgadores para los sueros, así que utilizamos percheros; tampoco soportes para las balas de oxígeno, pero nos inventamos uno, diseñando un sistema con tapas de alcantarillas para darles estabilidad. Fue un trabajo excepcional a nivel de ingeniería. Yo soy ingeniero, con lo cual fue muy motivador ver que a cada problema se le daba una solución.
– No tuvisteis casi tiempo ni para planificarlo sobre papel…
– Apenas. En la primera reunión del viernes 20 por la tarde, dibujamos en una pizarra cómo había que hacerlo, partiendo completamente de cero. Diseñamos los módulos de 50, cómo había que tirar los cables, qué facilidades había… Pero teníamos el tiempo en contra, si hubiésemos tardado cuatro semanas, ya no habría sido necesario. Lo logramos y por Ifema llegaron a pasar 4000 personas que hoy están en su casa.
– ¿Cuál crees que fue la clave para ponerlo en marcha tan rápido y de forma tan eficaz?
– Hubo cuatro factores clave. El primero, que el equipo de Ifema respondió en seguida al proyecto; en segundo lugar, el recinto, que es único y tiene una infraestructura copiada por lo que se puede tirar un cable desde cualquier sitio y se accede a otro gracias a la distribución de las galerías. Tercero, tener un objetivo en común ayudó mucho, porque nadie se planteaba si era del Samur, de la Consejería, de Ifema o de un proveedor: todos trabajamos a la par sin pensar en quién iba a pagar. Y por último: nos dejaron trabajar, sin interrupciones.
«Ifema supuso un concepto diferente de hospital»
– ¿Y qué te pareció el resultado: Ifema convertida en hospital?
– Algo inaudito. Fue un concepto diferente de hospital, diáfano, con núcleos de 50 pacientes por módulo de enfermería. Mucho más eficiente, porque el ratio de enfermo por médico y enfermera era el mejor. Y además, con muy buen ambiente. La gente que tenía que estar aislada pudo estar en compañía de otros pacientes con los mismos síntomas y el equipo sanitario se portó excepcional: desde la biblioteca Resistiré hasta los bingos que se jugaban por la tarde, bailes con los pacientes…
– Y resultó ser un éxito y un modelo para el nuevo Hospital Isabel Zendal…
– Exacto, funcionó muy bien y fue refrendado por la organización mundial de la salud.
– ¿Te has encontrado alguna vez con un reto tan grande?
– En aquel momento pensábamos que la Cop25 -que la montamos en 18 días cuando normalmente se hace en 18 meses-, era el reto más grande. Hoy podemos decir que en los 40 años de historia este ha sido el más grande y que «misión cumplida».
– ¿Económicamente os compensó?
– Todos las empresas que colaboraron eran las que ya lo hacían con nosotros en las ferias. En un principio nadie preguntó por esa parte. Luego se arregló para todos. Muy agradecido por la labor que hicieron todos.
«Este año desde que nos convertimos en hospital, ha sido más complicado de lo que creíamos en Ifema»
– Ha costado volver a la normalidad…
– Sí, ha sido todo mucho más complicado de lo que en principio pensábamos. A lo largo de estos doce meses hemos intentado tres veces programar nuestra actividad, pero en cada uno de ellos la realidad sanitaria se imponía. En septiembre logramos activar un amplio dispositivo de medidas de seguridad para organizar el primer evento presencial, la Pasarela MBFWM.
– Ahora ya habéis vuelto con fuerza…
– Entre septiembre y marzo, nada, pero ahora ya hemos celebrado la primera feria profesional del sector de hostelería, y precede a otras programadas como Estampa o Fitur, que será la primera experiencia de movilidad internacional que se celebre a nivel mundial.
«Si todo va bien, para mayo saldremos del ERTE»
– Poco imaginabais que, después del trabajo realizado con el hospital de campaña, vendría un ERTE para los trabajadores…
– 2019 fue un año histórico para Ifema, con máximos históricos en actividad e ingresos, y un comienzo también bueno de 2020. Pasamos de esa euforia, a una total paralización de la actividad. Ha sido un año duro para todos los que formamos Ifema. Hemos intentado mantener el trabajo hasta que la situación se ha hecho insostenible por falta de ingresos. Pese a que el ERTE se ha aplicado a toda la plantilla, no ha sido el mismo grado de afectación pues se necesitaba seguir atendiendo la organización de las ferias para el segundo trimestre del año. Si todo se cumple como tenemos programado, con la vuelta de Fitur y otras ferias, para mayo saldremos del ERTE y recuperaremos el 100% de toda la plantilla.
– ¿Cuáles han sido las mayores dificultades durante este año?
– Trabajar en la organización de las ferias pensando en la posible vuelta a la actividad, y tener que ir desprogramando cada una de ellas, con las consecuencias que ello conlleva tanto económicas para la propia institución, como de impacto en la ciudad y en todos los sectores que se benefician de la actividad de Ifema.
«Vemos el futuro con ilusión y también con prudencia»
– ¿Cómo se presenta ahora el futuro?
– Con mucha ilusión, pero también con prudencia. Hemos equipado el recinto con estrictas medidas de seguridad, sofisticados sistemas de digitalización de registros, control de aforos y renovación del aire, entre otras. Hemos podido celebrar un evento presencial, gracias a este entorno seguro, y eso ha sido un soplo de aire fresco y un gran impulso para la recuperación de la economía.
– ¿Volverá todo a ser como antes?
– Ese es el reto, recuperar la normalidad y la organización de todos los salones. Somos una empresa dinámica y flexible, lo que nos permite adaptarnos a situaciones muy diversas y complejas con agilidad. Además, vamos a abordar una profunda evolución sobre tres pilares: la digitalización, la innovación y la internacionalización. Queremos recuperar la fortaleza que nos ha permitido situar a Madrid en el tercer puesto del mundo como ciudad de congresos y a nuestras instalaciones como el Mejor Centro de Convenciones del mundo.
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