El domingo, una hora menos: a las dos serán las tres

• Entramos en la ‘hora de verano’, por lo que adelantaremos una hora los relojes.
• La medida del cambio de hora es obligatoria para todos los países miembros de la UE.
• Se estableció para reducir el consumo de energía y aprovechar más la luz natural.

Hemos llegado ya a la primavera y con ella, damos los primeros pasitos hacia el verano. El primero de ellos, el cambio de hora, vamos hacia la hora estival. El domingo, 29 de marzo, a las 2:00 a.m. serán las 3:00 a.m., así que tendremos que adelantar nuestros relojes, ‘perdiendo’ así una hora en nuestra rutina pero ‘ganándola’ en luz y en ahorro energético.

El cambio de hora es una medida obligatoria que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea. Comenzó a generalizarse a partir de 1974, con la primera crisis del petróleo. Algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Desde 2001, la directiva europea, que hasta entonces se renovaba cada cuatro años, se aplica con carácter indefinido para dar una estabilidad a largo plazo a la medida.

Así, se realizan ya de forma permanente dos cambios de hora al año, uno el último domingo de marzo, adelantando el reloj una hora y dando inicio al periodo de la ‘Hora de verano’, y otro, el último domingo de octubre, retrasando el reloj una hora y finalizando ese periodo, regresando a la hora ‘normal’ u ‘Hora de invierno’.

Pros y contras
Aunque según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) el ahorro producido por el cambio horario puede suponer en España un 5% del consumo eléctrico en iluminación, también hay voces contrarias a esta medida. Algunos expertos afirman que el cambio horario afecta al reloj biológico y puede provocar trastornos en el sueño sobre todo en niños y ancianos aunque solo duraría un par de días, y otros opinan que no es tal el ahorro que las autoridades defienden.

Sea como sea, el cambio horario se inició con la finalidad de reducir el consumo global de energía, al hacer coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Se alarga por la tarde la luz natural cuando se pasa al ‘horario de verano’ y se alarga por la mañana cuando se entra en el ‘horario de invierno’. Aún así, para alcanzar el potencial de ahorro, que podría suponer unos 6€ por hogar según el IDAE, es fundamental llevar a cabo un comportamiento responsable en casa, no utilizando la iluminación artificial cuando no es necesaria.